Para mí siempre había sido un
personaje especial el Capitán Trueno. Desde pequeñito he tenido un recuerdo muy
agradable de esos tebeos, aunque nunca me había parado a pensar en la razón de
esa predilección.
Incluso recuerdo que hace unos
años me compre una colección completa, compuesta por 18 tomos con las
aventuras. Eso ocurrió hace veinte o veinticinco años. Los compré, los estuve
mirando, incluso llegué a leer algunas de sus aventuras, pero al final
terminaron en la estantería sin que volviera a abrirlos. Luego fui comprando
algunos de otras colecciones por internet, con lo que ahora la estantería ha
ido creciendo con los Fans, los especiales de verano y navidad, e incluso me
compre los tomos encuadernados del facsímil de los cuadernillos.
Un domingo por la tarde estaba en
internet y no sé cómo entre en una página que tenía un enlace a una página del
Capitán Trueno y curioso, entré en ella y estuve mirándola, primero de forma
distraída y luego con más detención. Poco a poco me fue absorbiendo y conforme
iba leyendo me comenzaron a venir los recuerdos, unos recuerdos que tenía medio
dormidos. Cogí los dos primeros tomos de la colección y comencé a mirarlos y
luego a leerlos con mas detención. ¡Coño, fueron un catalizador porque los
recuerdos comenzaron a fluir!.
Sevilla, sanatorio de San Juan de
Dios, una cama y en ella un niño de ocho o nueve años más aburrido que una
ostra en una tarde sábado.
-¿Cuándo traerán los tebeos?.
- Antoñito, ahora, ahora. Que
pesadito eres.
Recuerdo un montón de
tebeos, un montón, una montaña enorme,
diría yo, de tebeos de todas clases y colores que iban repartiendo entre todos
los niños que estábamos en la gran sala de más de cuarenta camas donde otros
tantos niños pasábamos días, semanas y años eternos que solo se hacían más
cortos gracias a las visitas de los padres los domingos por la mañana, la
lectura que el hermano Alejandro hacía de Guillermo Tell los lunes y miércoles
y los martes, jueves; y los sábados de Capitán Trueno.
- ¿Ya empezamos otra vez con el
Capitán Trueno?. Pero si hay un montón de tebeos de todas clases. Venga que no
puedo esperar tres horas a que tú rebusques.
- Espera, espera hermano. Espera,
que estoy buscando a ver si encuentro el álbum grande que no he leído.
- Venga date prisa que los demás
están esperando.
Aprendí a leer, a jugar, a
fantasear a imaginar junto al Capitán Trueno, a Goliat, Crispín y Sigrid. ¡Dios
que buenos ratos!.
Seguramente algunas personas
pensarán que me conformaba con muy poca cosa, con cinco o seis tebeos apaisados
o con un álbum grandote del capitán, pero para mí era la felicidad o por lo
menos ahora lo recuerdo como la felicidad. La felicidad de un niño de ocho
años, un niño que aunque no era infeliz, tampoco tenía muchas cosas para poder
ser como los demás niños.
Así que ahora cuando estos
recuerdos han llegado, tengo que agradecer a los autores que me dieran esos
ratitos de felicidad, ah y que me enseñaran a leer y puede que muchas más
cosas, de ello estoy convencido.
Esas son las razones que hacen
que inicie este blog, sin grandes pretensiones. La única la de dar un pequeño
homenaje a esos personajes, a ese guionista y a esos dibujantes que me dieron
muchas tardes de distracción, de entretenimiento.